El ministro de Cultura de Italia, Gennaro Sangiuliano, ha presentado este viernes su «renuncia irrevocable» tras varios días de controversia debido a la relación sentimental que mantuvo con una ‘influencer’, que además, afirma haber ejercido funciones de asesora. Este escándalo ha afectado en gran medida al ejecutivo italiano que lidera Giorgia Meloni.
«Después de una profunda reflexión, tras días difíciles llenos de odio hacia mí, he decidido presentar de manera irrevocable mi renuncia como ministro de Cultura», expresó Sangiuliano en una carta publicada por el Ministerio de Cultura.
El presidente de Italia, Sergio Mattarella, aceptó la dimisión de Sangiuliano y mantuvo una reunión con Meloni, quien propuso como reemplazo al periodista y figura televisiva Alessandro Giuli, hasta ahora presidente de la Fundación del Museo Nacional de las Artes del Siglo XXI (MAXXI).
«Agradezco sinceramente a Gennaro Sangiuliano, persona competente y honesta, por el extraordinario trabajo realizado hasta el momento, que ha permitido al gobierno italiano alcanzar importantes logros en la revitalización y puesta en valor de nuestro gran patrimonio cultural», expresó Meloni en un comunicado emitido por su oficina, en el que añadió la propuesta de Giuli como sucesor.
El caso, que involucra a Sangiuliano y a la ‘influencer’ Maria Rosaria Boccia, quien recientemente fue su pareja, ha provocado revuelo en Italia y afectado la reputación del Ejecutivo de Meloni, quien hace dos días rechazó la renuncia de Sangiuliano, aunque lo reprendió públicamente, obligándolo a disculparse.
En una entrevista con el noticiero de la cadena pública RAI, el exministro de Cultura, visiblemente emocionado, pidió perdón a su esposa al reconocer su relación con Boccia. También admitió haber considerado nombrarla asesora, pero decidió no hacerlo.
Asimismo, aseguró que ninguna de las actividades en las que Boccia estuvo involucrada fue financiada con fondos públicos, lo cual ha sido desmentido por la ‘influencer’.
Boccia ha seguido ofreciendo declaraciones a los medios, compartiendo audios, mensajes y billetes de avión emitidos por el ministerio, que ella ha presentado como pruebas de haber sido designada asesora para eventos importantes.
La oposición italiana calificó el caso como «una telenovela». El Partido Demócrata, principal fuerza opositora, lamentó que esta situación haya puesto en duda la credibilidad del país a nivel internacional.
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