La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha desvelado este martes la composición de su nuevo ejecutivo comunitario. Tras ser confirmada este verano para un segundo mandato, la dirigente alemana ha trabajado en las últimas semanas para realizar una profunda reestructuración de su equipo de trabajo que refleja los múltiples cambios que se han producido en Europa desde 2019 cuando fue elegida por primera vez para el cargo.
Si el abanico de colores políticos de un ejecutivo comunitario es siempre el reflejo del momento que atraviesa Europa -cada uno de los 27 gobiernos de la UE nombra un candidato a comisario- el nuevo tono ha virado claramente al azul del Partido Popular Europeo, que contará con hasta 14 asientos en la nueva Comisión, incluido el de la presidenta alemana. Además, los ultraconservadores también obtienen un puesto a través del italiano Raffaele Fitto, nominado por el gobierno de Giorgia Meloni, que se suma a los comisarios independientes de Hungría y Chipre, que también provienen de gobiernos conservadores.
Por su parte, los socialdemócratas pierden peso y representación en la nueva Comisión Europa ya que pasan de 8 miembros en 2019 a solo 5. La más destacada es la española Teresa Ribera, que ocupará una de las seis vicepresidencias y estará a cargo de la cartera de Competencia y Transición Verde. Los comisarios restantes, entre los que destaca el hasta ahora ministro de Exteriores de Francia, Stéphane Séjourné, provienen de partidos liberales e independientes.
Más vicepresidentas, menos mujeres
Además del cambio de orientación política, cabe destacar también que se reduce el número de mujeres dentro del ejecutivo comunitario. En esta ocasión serán solo 11, dos menos que en 2019, aunque suficientes para que von der Leyen haya destacado en su presentación que alcanza el mínimo exigible del 40% para que se considere paritario.
Para compensar esta inferioridad, la presidenta alemana ha optado por nombrar a cuatro mujeres entre sus seis vicepresidentes. Una de ellas, la estonia Kaja Kallas, ya fue nombrada a principios de verano cuando fue confirmada por los 27 como nueva representante para el Exterior de la UE. Tampoco ha sido una sorpresa el nombramiento de Teresa Ribera, que ostentará este cargo al igual que otra socialdemócrata, la rumana Roxana Minzatu. El póker de vicepresidentas lo completa la popular Henna Virkunnen, exministra de varias carteras en Finlandia.
Sin embargo, el nombarmiento más llamativo entre los vicepresidentes ha sido el del italiano Raffaele Fitto, que confirma un poco más la voluntad de von der Leyen y de los populares europeos de tener una afinidad y una cercanía al gobierno de Giorgia Meloni. También ha sido sorprendente el nombramiento como vicepresidente de Séjourné, candidato de última hora tras la renuncia del comisario francés saliente, Thierry Breton, que tuvo sonadas diferencias con von der Leyen a lo largo de la última legislatura.
Cambio de prioridades
La Unión Europea de 2024 no tiene nada que ver con la Unión Europea de 2019 en la que aterrizó von der Leyen. La pandemia y sus consecuencias, la guerra de Ucrania, la guerra de Gaza o el Brexit han obligado a reorientar algunas de las grandes prioridades y a centrarse en políticas en las que se había reparado mucho menos en el pasado, como puedan ser la Seguridad y la Defensa. También la economía ha cambiado mucho en estos últimos años en los que la crisis del coronavirus y las altas tasas de inflación provocadas por la invasión de Rusia a Ucrania han obligado a Bruselas a redoblar sus esfuerzos para mantenerse a flote.
Los cambios de carteras son una respuesta a este nuevo paradigma en el que también cobran fuerza las estrategias para darle una segunda juventud a la competitividad europea, una de las grandes prioridades de Bruselas. Esta se encuentra en jaque desde hace años y necesita una batería de medidas ambiciosas, tal y como puso de manifiesto hace apenas unos días el informe del expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, encargado por la propia von der Leyen, que ponía sobre la mesa la necesidad de encontrar recetas para que Europa pueda adaptarse a la nueva realidad geopolítica, tecnológica y energética.
Para este desafío mayor, algunas carteras ganarán peso en el nuevo ejecutivo comunitario, como son las de Estrategia de Prosperidad e Industria, de Séjourné, Soberanía Tecnológica, de Virkunnen, o Defensa y Espacio, que queda en manos del lituano Andrius Kubilius. Se suman a otras más tradicionales como puedan ser las de Economía, Competencia, Energía o Mercado Interior, que también tendrán un gran protagonismo en esta legislatura.Los nominados por von der Leyen para formar parte de la futura Comisión Europea tendrán que pasar el examen de los comités del Parlamento Europeo a lo largo de las próximas semanas antes de su confirmación definitiva. Será algo más que un trámite, puesto que hasta tres nominados fueron rechazados y cambiados en 2019.