Estas cintas reconstruyen los sucesos que se desarrollaron en el centro de Bogotá el 6 de noviembre de 1985 y que dejó un saldo de más de 90 muertos
Noviembre ha quedado grabado en la historia de Colombia como uno de los meses más violentos. Hace 40 años, el 6 de noviembre de 1985, la extinta guerrilla del M-19, bajo el liderazgo del ex candidato presidencial y firmante de paz Carlos Pizarro Leongómez, tomó por asalto uno de los símbolos más importantes de la democracia colombiana: el Palacio de Justicia.
El edificio, que albergaba a las más altas autoridades judiciales del país como la Corte Suprema de Justicia, el Consejo de Estado, la Corte Constitucional y el Consejo Superior de la Judicatura, se convirtió en escenario de uno de los episodios más trágicos de la historia nacional. El grupo insurgente buscaba presionar al gobierno de Belisario Betancur, al que acusaba de incumplir los Acuerdos de Corinto, firmados el 24 de agosto de 1984, que prometían un proceso de diálogo y desmovilización.
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La toma del Palacio de Justicia, seguida de la retoma por parte del Ejército Nacional, desencadenó una de las masacres más dolorosas de Colombia. Durante casi dos días, el fuego cruzado y las llamas consumieron el Palacio, dejando tras de sí un saldo de 101 personas muertas y seis desaparecidas. Entre las víctimas se encontraban magistrados, funcionarios, visitantes y miembros de la fuerza pública, cuyas familias aún claman por verdad y justicia.
Con el paso de los años, este hecho ha sido revivido a través de múltiples investigaciones, reportajes y producciones audiovisuales que buscan mantener viva la memoria de las víctimas. Varias películas y documentales colombianos han intentado reconstruir lo ocurrido, llevando a la pantalla la magnitud de un acontecimiento que marcó para siempre la historia del país y la vida de quienes lo presenciaron.
Una de ellas es la polémica Noviembre, película que ha sido objeto de debate a causa de la tutela interpuesta por la familia del magistrado Manuel Gaona, víctima de la Toma del Palacio de Justicia y figura protagónica de la cinta. Esta historia, que puede verse en todas las salas de cine de Colombia, sigue los hechos que se desarrollaron en uno de los baños del recinto, donde varios secuestrados permanecieron por más de 27 horas, resistiendo fuego cruzado y operaciones militares de toma y retoma por parte de las fuerzas armadas.
La dirección estuvo a cargo del bogotano Tomás Corredor, mientras que Natalia Reyes y Santiago Alarcón interpretan a los protagonistas, aportando una fuerza emocional que logra conectar al espectador con la tragedia.
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Siguiendo con producciones de gran nivel, Siempreviva se destaca como una de las películas más conmovedoras sobre la Toma del Palacio de Justicia. Estrenada en 2015, esta obra dirigida por Klych López cuenta con un elenco encabezado por Andrés Parra, Laura García y Enrique Carriazo.
La trama gira en torno a la familia de Julieta, un personaje ficticio inspirado en Cristina Guarín, cajera del Palacio de Justicia que fue una de las desaparecidas durante la toma. Lo que comienza como una historia de esperanza ante una oportunidad laboral termina convirtiéndose en un relato desgarrador sobre la pérdida y la incertidumbre que vivieron cientos de familias colombianas en aquella época.
Otra producción que aborda el tema es Salvador, dirigida por César Heredia. La película narra la vida de un sastre del centro de Bogotá que conoce a Isabel, la nueva ascensorista del edificio, y sin saberlo, ambos quedan atrapados en el caos de los hechos del 6 de noviembre. A partir de ese momento, Salvador debe enfrentarse a decisiones que transforman su vida y lo obligan a reflexionar sobre la violencia y el miedo que se apoderaron del país.
Cada una de estas producciones cinematográficas, desde su perspectiva artística y humana, aporta un fragmento a la memoria colectiva de un suceso que aún resuena en la conciencia nacional. A través del cine colombiano, el país vuelve una y otra vez sobre sus heridas históricas con la esperanza de entenderlas y sanarlas.

