Torrijas: origen, historia y receta del postre más típico de Semana Santa

Torrijas: origen, historia y receta del postre más típico de Semana Santa

La Semana Santa en España no solo se vive en las calles con procesiones solemnes y pasos religiosos, sino también en la gastronomía. Uno de los postres más emblemáticos de estas fechas es, sin duda, la torrija. Un manjar humilde, pero delicioso que ha perdurado en el tiempo y ha sabido conquistar paladares de todas las generaciones.

Aunque muchos asocian la torrija exclusivamente con la tradición española, su origen podría remontarse a la antigua Roma. Los romanos, siempre aficionados a la buena mesa, ya preparaban una receta similar sumergiendo pan en leche y miel antes de freírlo. Así lo recoge el gastrónomo Apicio en su recetario, donde describe un plato sorprendentemente parecido a la torrija actual.

Durante siglos, las torrijas fueron consideradas un alimento de pobres. Su fácil preparación y la disponibilidad de ingredientes básicos como pan duro, leche y huevos, las convertía en una opción asequible y energética. Su popularidad creció especialmente en épocas de escasez, cuando el ingenio culinario se ponía a prueba para aprovechar al máximo cada alimento.

La conexión de la torrija con la Semana Santa no es casualidad. Durante la Cuaresma, la Iglesia Católica prohibía el consumo de carne, lo que llevaba a buscar alternativas saciantes y calóricas. La torrija, elaborada con ingredientes sencillos y con un alto poder nutritivo, se convirtió en un recurso ideal para sobrellevar los períodos de ayuno y abstinencia.

De la religión a las tabernas madrileñas

Con el paso del tiempo, las torrijas fueron perdiendo parte de su simbolismo religioso y ganaron protagonismo en otros ámbitos. A principios del siglo XX, comenzaron a servirse en tabernas de Madrid, donde se popularizó su consumo acompañadas de una copa de vino dulce. Esta combinación resultó tan exitosa que pronto se convirtió en una tradición más de la capital española.

Aunque las torrijas son un símbolo inequívoco de la Semana Santa española, otros países cuentan con versiones similares de este postre. En Francia, por ejemplo, encontramos el pain perdu, mientras que en Portugal se conocen como rabanadas. En Estados Unidos, la famosa French toast comparte el mismo concepto: rebanadas de pan empapadas en leche y huevo, luego fritas y endulzadas.

Hoy en día, la torrija sigue siendo un clásico de la repostería española, pero ha evolucionado con propuestas innovadoras. Muchos chefs han reinventado la receta tradicional con variaciones que incluyen ingredientes como chocolate, frutas, caramelo e incluso opciones saladas. Sin embargo, la versión clásica, con su característica textura suave por dentro y crujiente por fuera, sigue siendo la favorita de los puristas.

La mejor torrija de Madrid

Si bien en muchos hogares españoles se sigue preparando la receta tradicional, hay restaurantes que han elevado la torrija a otro nivel. Un claro ejemplo es Bodega de los Secretos, en pleno corazón de Madrid. Este restaurante, ubicado en unas bodegas del siglo XVII, ofrece una de las mejores torrijas de la ciudad, preparada con la receta de siempre, pero con un toque de distinción. Acompañada de un buen vino dulce, su degustación se convierte en una experiencia inolvidable.

Desde sus orígenes romanos hasta su reinvención en la alta cocina, la torrija ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia. Ya sea como parte de la tradición religiosa, como un capricho en una taberna o como una delicatessen en un restaurante de prestigio, este dulce sigue conquistando corazones y paladares. Y en Semana Santa, por supuesto, no puede faltar en ninguna mesa española.

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