El helicóptero de Jesús Calleja en Volando Voy aterrizó en Arenas de San Pedro (Ávila) para el último programa de la temporada. Allí, el presentador conoció a Alberto Barranco, el director de la banda municipal.
En la orquesta tenían un grave problema: «El director ha hecho que crezca tanto la banda, que se han quedado sin sitio donde ensayar«. Por eso mismo, Calleja se prestó a ayudarles.
«Que sepáis que vais a tener una nueva sala de verdad para ensayar, si hay algo que necesitáis es eso, no se puede hacer ni televisión en esta sala», le anunció a toda la banda, con quien pasó un rato inolvidable convirtiéndose en director.
Tras unas breves indicaciones de Alberto, Jesús cogió la batuta. «Vamos a ver lo que ocurre con alguien que no sabe dirigir», introdujo. «¿Pero esto qué mierda es?«, preguntaba entre risas, porque la melodía sonó fatal y los músicos no dejaron de reírse.
«Es muy difícil», reflexionó Calleja, que necesitó más ayuda de Alberto para lograr que la música no pareciera un coche estrellándose. «El pueblo quiere muchísimo a su banda», explicó el director. «Es así como se ve el amor a la música«, añadió.