Ana Botín cumple este martes una década como presidenta del Banco Santander, un periodo en el que ha puesto en marcha una gran transformación de la entidad que empieza ahora a dar resultados. En una entrevista corporativa, la responsable del banco destaca los retos que se ha encontrado y los hitos alcanzados en todo este tiempo. No se trata solo de cumplir los objetivos numéricos, las cifras de beneficios e ingresos o el número de clientes en el mundo. La presidenta asegura que en todo este tiempo se han puesto las bases tecnológicas y organizativas para que Santander sea hoy «el banco europeo, yo diría que el banco en el mundo, con mayor potencial de creación de valor en los próximos años», asegura.
«Cuando me preguntan qué es lo más difícil de mi puesto o de mi responsabilidad, al final es encontrar un equilibrio entre entregar hoy, o sea, hacer números, crecer el beneficio, crecer los clientes, y además asegurarnos que lo hacemos de manera sostenible«, ha señalado Ana Botín. La presidenta destaca sobre todo la estrategia de transformación que ha liderado durante esta década, un cambio que inició hace 10 años y que exige, según explica, una organización global del grupo que entienda que la tecnología es parte integral del negocio.
«Nos marcamos el ser una plataforma abierta y responsable de servicios financieros y esto requiere un gran cambio cultural, requiere cambiar cómo nos organizamos», explica. «Si no tenemos un producto digital que sea igual o mejor que cualquiera de los competidores, bancos y no bancos, no vamos a sobrevivir. Y esto requiere un cambio radical de cómo manejamos el banco, la cultura, los perfiles…», recalca.
En esta línea, durante la entrevista la presidenta de Banco Santander ha destacado la construcción de una tecnología propia, » y esto no lo puede hacer solo Santander España o Santander Brasil. Lo tenemos que hacer una sola vez para todo el Grupo», insiste, incidiendo así en la necesidad de seguir una estrategia común para tener un producto diferente que se adapte al gran cambio tecnológico que ha sufrido el mercado y que se ve en cada cliente.
Para destacar y convencer sobre una tecnología única, los resultados deben trasladar su eficacia, algo que se ha visto con claridad en los últimos dos años, cuando la acción del Santander ha mejorado casi un 60%. Ha sido un proceso largo que les ha costado siete u ocho años de inversión y perseverancia por tener su propio modelo y sus sistemas, pero que ha dado sus frutos y es ahora cuando se está viendo, según admite la presidenta del banco.
Además de multiplicar por tres el beneficio en este tiempo y de cara a mejorar las opciones de retribución a los accionistas, el banco se sitúa ya en un 13% de recompra del capital en los últimos años, un dato que la presidenta asegura que «va a permitir seguir mejorando la percepción del mercado sobre el Santander».
