“Sánchez, por narcisismo o hipocresía, no se da cuenta de lo que tenemos encima”

“Sánchez, por narcisismo o hipocresía, no se da cuenta de lo que tenemos encima”


Apenas un puñado de judíos se congregan junto al Muro de las Lamentaciones, en Jerusalén, donde en tiempos no muy lejanos costaba abrirse paso hasta alcanzar la histórica construcción. La crisis de seguridad que se vive en el Líbano y en Yemen, la incertidumbre tras la muerte del líder de Hezbolá -Hasan Nasralah- y el hastío por una guerra que se prolonga desde hace un año, siembran la ciudad de incertidumbre.
Bazares vacíos, tiendas cerradas, y lugares de peregrinación, como el Santo Sepulcro, que apenas registran afluencia. “Esto siempre estaba lleno, y ahora…”, lamenta Fleur Hassan Nahum, que durante cinco años ha sido vicealcaldesa de Jerusalén. Ahora, como enviada especial de Comercio e Innovación en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, atiende a Vozpópuli desde una terraza próxima al Muro de las Lamentaciones.
Atardece, suenan los minaretes y las campanas de las iglesias. Fleur Hassan habla de las relaciones entre Israel y España, de la complejidad de Jerusalén y de la situación que atraviesa Oriente Medio.
P: ¿Qué sensación se respira en Jerusalén?
R: Esto normalmente estaría lleno, estamos en época de fiestas judías. El turismo ha caído y no hay vuelos. Jerusalén depende mucho del turismo y esto está afectando mucho a su economía, como paso con el Covid. Esperemos que dentro de unos meses… Porque no esperábamos una guerra tan larga. Espero que pronto podamos acoger turistas y volver a una normalidad. El 80% del turismo en Jerusalén es internacional. Y para la ciudad, el turismo representa entre el 5 y el 10%. Es mucho.
P: ¿Hay una convivencia pacífica?
R: En el 7 de octubre, el sueño de Sinwar era que el los árabes de Jerusalén, que representan al 40% de la población, se volvieran contra la población judía. No lo consiguió. Quiero pensar que todo el trabajo que hemos hecho en diez años de crear puentes entre judíos y árabes haya servido para algo. También creíamos que este año el Ramadán sería muy complicado, porque no hay año en que no se meta algún grupo de radicales en el monte del templo para luego negarse a salir. Pero no, este año ha sido más tranquilo que ninguno.
Hay una convivencia práctica. Ellos quieren vivir su vida, nosotros también. Siempre hay radicales: de Hamás, de Turquía… Pero son pocos y la mayoría de la gente es normal.
P: Es difícil saber qué va a pasar en toda la región, especialmente tras los últimos acontecimientos en el Líbano, con la muerte del líder de Hezbolá, Hasan Nasralah.
R: Hezbolá es una organización terrorista que tiene como su máximo objetivo la eliminación de Israel. Creo que hemos hecho lo que cualquier país habría hecho. Llevamos casi un año con 10.000 cohetes que han lanzado y 100.000 personas -ahora 70.000- que están desplazados. Hemos aguantado para dar oportunidad a un alto el fuego, pero ellos no lo han querido. Así que hemos tenido que defender a esta gente y desmantelar a este grupo terrorista que nos quiere eliminar.
P: ¿E Irán?
R: Irán creo que se está pensando muy bien su estrategia aquí en el medio oriente, porque sus dos proxies [en referencia a Hamás y Hezbolá] los estamos eliminando poquito a poco. Nunca quisimos una guerra y esta no lo ha hemos empezado nosotros. Cada guerra en Israel es existencial. No podemos permitirnos el lujo de perder ninguna.
P: Sin embargo, parte de la comunidad internacional, incluida España, cuestiona, cuanto menos, la ofensiva militar de Israel.
R: Son unos hipócritas. Yolanda Díaz, o no es muy inteligente o es antisemita. ¡Ha llamado desde el río hasta el mar! El Gobierno español está aliado con la izquierda extrema.
España están en una nube de izquierda extremista con islamofascismo. Hasta que no les venga a su puerta, no se van a dar cuenta de lo que tenemos. Pedro Sánchez, no sé si por atención, narcisismo o hipocresía, creo que no se ha dado cuenta de lo que tenemos aquí encima.
P: Como representante de Comercio e Innovación del Ministerio de Exteriores de Israel, ¿qué opina de que algunos ministros del Gobierno de España hayan hecho un llamamiento a suspender todo negocio con Israel?
R: Lo han intentado antes, pero la Unión Europea son uno de los partner más importante de Israel. España está condicionada en la Unión Europea, no creo que vayan a llegar muy lejos.
P: Volvamos a Israel. Estamos junto al Muro de las Lamentaciones y aquí hay una fuerte presencia de judíos ultraortodoxos. En estas fechas hay un debate intenso sobre si deben ser llamado a filas.
R: Llevamos veinte años de debate interno con este tema. El Gobierno subvenciona a los ultraortodoxos que estudian full time, pero no van al Ejército. No van al Ejército, pero tampoco trabajan. El que no va a al Ejército no puede trabajar. El reto no va tanto de que no vayan al Ejército, aunque ahora la gente está con las emociones muy altas por la guerra; sino por la economía. Hay un 15% de población ultraortodoxa y este país no puede sostener que los hombres no trabajen. Y esa cifra crecerá en los próximos años.
P: ¿Qué se puede hacer?
R: Hay muchas maneras de solucionar este problema. El Ejército tampoco quiere gente que no quiere estar ahí, es un problema de seguridad. Yo creo que hay que desarrollar más el servicio civil, el servicio nacional. Los hospitales que necesitan asistencia, servicios de rescate, guarderías, hospitales, asilos, incluso en el cuerpo de bomberos. ¡Hay un millón de cosas que pueden hacer! El problema de ultraortodoxos es que se quieren separar de la población; dicen que son como un Estado dentro de un Estado. Bien. Pues que el dinero de nuestros impuestos no vaya para ellos. Estamos en ese debate interno desde hace veinte años, pero ahora con esta guerra y tanto acumulado, seguramente se debe decidir.  

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