Decía hace unos días el Banco de España que “el efectivo continúa siendo el medio de pago principal y el más utilizado diariamente por la población española, a pesar del aumento en la posesión y uso de los medios de pago digitales”.
Según el último “Estudio sobre hábitos en el uso del efectivo” publicado por el banco central español, en un 37% de los establecimientos comerciales y de hostelería los pagos se realizan en efectivo, lo que les permite garantizar los cambios por sus propios medios, sin tener que acudir a una entidad bancaria.
El 98% de los ciudadanos tiene efectivo; el 97%, lo utiliza; el 57%, diariamente; el 25%, una o dos veces por semana; y el 59%, como medio de pago principal, frente al 30% que se decantan por las tarjetas de débito/crédito, y el 11%, por los dispositivos móviles.
¿Por qué? Por comodidad, tres cada diez personas; por costumbre, el 27% del total; por controlar mejor los gastos, uno de cada seis; por seguridad, el 8%, y por rapidez, el 7% restante. “Los hombres, las personas de más de 55 años y quienes poseen estudios básicos son quienes, mayoritariamente, usan el efectivo como medio de pago principal”, destaca el estudio.
Será por una cuestión de desconocimiento de las tecnologías, por desconfianza acerca de su seguridad o por otra causa de exclusión, la verdad es que los españoles confían sus ahorros al efectivo. Quizás, también, por conservadurismo. Pero las estadísticas que publica el Banco de España indican que de la riqueza bruta de las familias (descontando la deuda), algo más de las dos tercera partes (6,4 billones de euros) corresponden a la vivienda habitual y el 32,2%, a activos financieros.
Dentro de estos últimos, cuyo valor asciende a 3,05 billones de euros, el 35,8%, cerca de 1,1 billones, son efectivo y depósitos bancarios, es decir, cuentas corrientes y ahorro a plazo. El 31%, corresponde a la tenencia de acciones; el 15,5%, a la participación en fondos de inversión, y un 12% a fondos de pensiones y seguros.
La importancia del cajero
El efectivo ni ha muerto ni se encuentra gravemente enfermo. La institución que gobierna José Luis Escrivá, adelanta en su estudio que “no se esperan grandes cambios en el uso del efectivo a un año vista” y que el cajero sigue siendo la principal fuente de obtención de efectivo para las familias. Los datos recién publicados por el Banco de España confirman que en los nueve primeros meses del año se han retirado de los cajeros bancarios un total de 92.797 millones de euros, mediante 501 millones de operaciones, a razón de 187 euros de media por cada una de ellas. Para hacerlo algo más sencillo, cada mes en España se sacan de los cajeros 10.000 millones de euros, cerca de 340 millones diarios.
Teniendo en cuenta que los datos recogen hasta el mes de septiembre y, por lo tanto, no figuran los tres últimos meses del año, los de mayor volumen de gasto por tradición, es más que probable que en el conjunto del ejercicio se pueda superar la cifra de 2019, cuando la retirada de efectivo marcó récord con 125.188 millones de euros, con más 908.000 operaciones.
En el primer trimestre del año, se retiraron de los cajeros automáticos 29.472 millones de euros, un 1,51% más que en el mismo trimestre de 2023. En el segundo, 32.398 millones, un 1,46% más, y en el tercero, 30.927 millones, con un retroceso del 1,6% en comparación interanual. Eso sí, el número de operaciones muestra descensos de entre el 1,47% y el 5,09%. Hay claramente un menor número de procedimientos, pero por un importe superior
Y todo ello a pesar de que el número de cajeros sigue reduciéndose año tras año. De los 61.714 que había en 2008, la cifra más alta registrada, se ha pasado a los 43.286 que había a cierre del mes de septiembre. Con 2024 serán ya cinco años consecutivos de reducción. Como contrapartida, el número de tarjetas emitidas sigue aumentando y ya son 93 millones las que están en circulación, entre las de débito (50,42 millones) y las de crédito (42,58 millones).