Puestos a escoger, gana el otro

Puestos a escoger, gana el otro

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La idea de que exista una especie de frente unido de todo el mundo político para oponerse al candidato del Pacto Histórico en las próximas elecciones presidenciales, que ha sido impulsada desde diferentes partidos, no tiene mucho asidero en la realidad. En 2010 hubo 6 candidatos presidenciales en la primera vuelta, 5 en 2014, 5 en 2018 y 4 en 2022, de modo que es de esperar que algo similar suceda en el 2026.

Las encuestas actuales sugieren dos cosas. La primera, que un candidato del Pacto Histórico, si recoge el apoyo que registra el Presidente de la República que oscila entre el 30 % y el 35 %, tiene un puesto asegurado en la segunda vuelta. La segunda, que gana el otro, quienquiera que sea, a cuyo alrededor se reuniría el 70 % restante.

Obtener ese otro puesto en la segunda vuelta más que unir divide al resto del mundo político porque ninguno de los otros candidatos con posibilidad de pasar a la segunda vuelta renunciaría a ella. Y entre más haya mejor porque se necesitan menos votos para pasar. Para ilustrarlo con datos, en 2014 Juan Manuel Santos pasó a la segunda vuelta con el 25,7 % de los votos, en 2018 Gustavo Petro pasó con el 25,1 % y en 2022 Rodolfo Hernández con 28,2 %. ¿Qué interés podrían tener candidatos como Sergio Fajardo, German Vargas Lleras, Claudia López, Juan Manuel Galán, Marta Lucía Ramírez, Miguel Uribe o Vicky Dávila en entregar sus banderas sin dar la pelea?

Lo que si va a suceder es que esa lista se reduzca por afinidades ideológicas, a través de consultas interpartidistas. Tendría sentido, como sucedió en 2018 que el Centro Democrático y el partido Conservador tuvieran un solo candidato; que Sergio Fajardo, Claudia López, Juan Manuel Galán, y otras figuras de centro, se sometieran a una consulta (sin repetir el desastre de la Coalición Centro Esperanza), y por supuesto que lo hiciera el Pacto Histórico, como sucedió en el 2022. Parecería menos probable que una persona como Germán Vargas Lleras que ya ha sido dos veces candidato presidencial y tiene un partido sólido que lo respalda, y Vicky Dávila quien se lanza como independiente contra todo el mundo político, hagan parte de alguno de esos grupos.

La realidad es que no existen antecedentes en las democracias de que un gobierno desgastado pueda mantener a su partido en el poder, por más alianzas que se hagan

Tampoco es probable que en una consulta de la izquierda se añadan muchos  más votos a los que pueda movilizar el Pacto Histórico que en 2022 reunió a la Colombia Humana, la Unión Patriótica, el Polo Democrático Alternativo, y el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), consulta en la cual la Colombia Humana de Gustavo Petro sacó el 80.5% de los votos. Si se quisiera ampliar ese espectro con grupos más hacia el centro, no parece que haya organizaciones importantes que se sumen a ese empeño, habida cuenta el desgaste del gobierno. En ese escenario hipotético Claudia López dados sus antecedentes de vecindad con el Petrismo, sería la única con un capital político que podría reforzar la coalición de izquierda y darle un toque de centro, aunque hoy como dice la ranchera la distancia entre los dos es cada día más grande.

La realidad es que no existen antecedentes en las democracias de que un gobierno desgastado pueda mantener a su partido en el poder, por más alianzas que se hagan. Menos aún si los que se suman son políticos tradicionales en una elección dominada por el voto de opinión. Un arúspice, mirando los hígados de las palomas diría que si el candidato de ese gobierno pasa a la segunda vuelta, gana el otro. Y añadiría que nadie va a renunciar a la oportunidad de ser ese otro.

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