Este 22 de octubre los estudiantes de la Universidad del Magdalena irán a las urnas para decidir su rector para los próximos cuatro años. Se enfrentan tres candidatos – Rodolfo Enrique Sosa (Gerente del hotel Loma Nevada en Minca), Waldyr Fong Silva (ingeniero mecánico profesor de la Universidad de Cartagena) y Jean Rogelio Linero (experto en ciencias marinas y profesor de la Unimagdalena y quien sería la carta de Carlos Caicedo para retomar control de la universidad)- contra el actual rector Pablo Vera, quien aspira a una tercera elección.
Caicedo se proyectó como figura pública como rector de Unimagdalena y allí nació Fuerza Ciudadana como el movimiento político que lo llevó a él a la Alcaldía de Santa Marta en el 2012, luego a Rafael Martínez y por último a Virna Johnson. Está empeñado en retomar el poder y para ello ha buscado al gobierno Petro del que ha sido aliado y, aunque a él no le ha dado ningún cargo, su hermana Patricia Caicedo, quien fue su gerente de la campaña del Pacto en Magdalena y aspiró fallidamente a la Alcaldía de Santa Marta, fue nombrada asesora para la región caribe de la Agencia Nacional de Tierras.
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Busca consolidar una tarea que no empezó con él, sino cuatro años atrás con Ruthber Escorcia, quien logró la acreditación de alta calidad que él ha llevado lejos, logrando hacer de un gran campus universitario, arborizado y organizado en el corazón de Santa Marta donde la Universidad del Magdalena forma a 25 mil estudiantes en 22 disciplinas, la joya de la corona de las universidades públicas del caribe colombiano.
Vera ha hecho rendir, cuidando al centavo, un presupuesto de $ 235.000 millones para logar mejorar la infraestructura universitaria, mantener unas instalaciones impecables, un centro de alto rendimiento deportivo en el que se formaron dos competidores olímpicos, una valiosa colección arqueológica de piezas Tayrona, laboratorios de investigación en ciencias exactas, biología, química, informática.
Allí se forman ingenieros, médicos, enfermeras, incluidos los dos mejores estudiantes de cada pueblo del empobrecido departamento gracias al programa Talento Magdalena que tanto entusiasma al rector Vera, el cual quiere ampliar y focalizar también en Santa Marta, como le explica a Juan Manuel Ospina en esta conversación en la que insiste “Me preparé para ser rector; tengo una convicción íntima y personal del poder transformador de la educación pública, la Universidad del Magdalena me sacó de la pobreza extrema; no veo la rectoría como un trampolín para llegar a otros cargos”.
Juan Manuel Ospina: Toda su vida en la Universidad del Magdalena, con muchas responsabilidades hasta llegar a la rectoría hace ocho años. ¿Su éxito volvió atractivo el cargo?
Pablo Vera: Fui líder estudiantil a los veinte años, representante en el Consejo Superior, entonces la universidad tenía 2000 estudiantes. Profesor. Director académico, he visto y vivido todos los cambios. Pensando siempre en cómo desarrollar un modelo de una universidad que fuera mucho más eficiente y comprometida con su entorno, con la sociedad, con la comunidad, con los sectores productivos, con el gobierno.
JMO: Hay un programa excepcional que usted montó Talento Magdalena del que siente verdadero orgullo: les abrió horizonte a los mejores estudiantes de los municipios del departamento, que por lo demás es uno de los más pobres del país.
PV: Cuando yo llegue a la rectoría hace ocho años, la mitad de los municipios del Magdalena no tenían un solo estudiante matriculado en programas estratégicos como medicina, derecho, economía, ingeniería civil, electrónica, odontología…municipios pobrísimos, con el doble de pobreza extrema promedio de América Latina; familias que viven con menos de USD 6 dólares al día, pescadores que no pescan nada, agricultores que no tienen para cultivar…..imagínese que médico va a querer irse a esos pueblos: Pijiño del Carmen, San Zenón, San Sebastián, Guamal y hoy puedo decir con orgullo que todos ya tendrán un médico, una enfermera, un ingeniero graduado oriundo de su municipio. (…) .
No es más que ofrecer oportunidades y las muchachas y muchachos responden y de paso, claro, es un gran desafío para un docente tener un estudiante de medicina o biología que nunca ha visto un microscopio. Jovencitos que quieren estudiar cine y no han estado frente a una pantalla o que les interesa la biología y no conocen el mar, a pesar de ser del Magdalena.
Ahora siente la universidad más cerca porque salimos de la zona de confort para ir a los territorios. Son 2479 muchachas y muchachos, los mejores bachilleres que están ahora con nosotros en las mejores condiciones posibles. Se les entrega un computador portátil, alimentación de lunes a sábado, acompañamiento psicológico, nivelación académica y claro, el cupo directo a la carrera elegida. Usted se imagina ese ejercito de muchachos en 10 años lo que van a hacer por sus pueblos cuando estén de regreso; diez están en Europa haciendo doble titulación y otros tantos en intercambio en universidades en Colombia (…)
Si usted me pregunta de qué siente orgullo yo le digo es haber logrado que la gente del Magdalena sienta que la universidad es su universidad y no un claustro que recoge lo mejor de otras partes, pero excluye a la gente del territorio. Una de las ideas es crear Talento Santa Marta y que el Distrito se comprometa a ayudarnos a traer jóvenes de las zonas rurales de la ciudad; hay 14 colegios de Santa Marta que tampoco han accedido a carreras claves, igual que lo que ocurría en el Magdalena profundo. El alcalde está estructurando la política pública para que ese programa sea permanente
JMO: Usted la tiene clara rector : la Universidad tiene que estar conectada con la sociedad y responder a las necesidades. No encerrada en sí misma y eso se siente en el campus, alegría, vida, actividad. (…)
PV: Nosotros no damos clase, transformamos vidas a través de la educación y creamos valor social a partir de la investigación. No importa que no sea una investigación de punta; no importa que no nos vayan a dar un Nobel, pero nuestro conocimiento tiene que ser pertinente para el territorio, para mejorar la calidad de vida, para que la gente diga, imagínese un futuro sin la Universidad del Magdalena, que pasa si esa universidad no existe.
Si no pasa nada, tenemos un problema, pero si la respuesta es: hombre nos quedamos sin la mayor generadora de oportunidades, sin el mayor ascensor social, sin la mayor experticia pertinente al territorio, sin el mejor aliado de los pequeños empresarios, eso revalida el valor social de la universidad, y lo que determina si es de alta calidad o no. Hay universidades que tienen todas las acreditaciones del mundo, pero son poco pertinentes para nosotros lo más importante es la pertinencia. Y en eso estamos….
Vea aquí la conversación completa:
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