Ossian y el triunfo rotundo de la uva verdejo segoviana

Ossian y el triunfo rotundo de la uva verdejo segoviana


El pasado miércoles se organizó una gran fiesta en el pueblecito segoviano de Nieva. Se inauguraba oficialmente la nueva bodega Ossian. Los anfitriones eran José María Ruiz, propietario del famoso Mesón José María, en el centro de Segovia, fundador y creador de la bodega Pago de Carraovejas; y su hijo Pedro Ruiz Aragoneses, impulsor del que lleva tiempo siendo un poderoso grupo vinícola bajo el nombre de Alma Carraovejas.

José María Ruiz, que antes de tener su propio mesón en 1982, trabajó como sumiller en Cándido; incluso representó a España en un concurso internacional de sumilleres, buscaba elaborar un vino propio para servirlo en su restaurante. Con algunos socios montó a la salida de la localidad vallisoletana de Peñafiel, justo debajo de su famoso castillo, una bodega a la que pusieron el nombre popular del sitio en que estaban plantados los viñedos, el Pago de Carraovejas. Era el año 1987.

El vino les salió de excelente calidad, tanto, que en muy poco tiempo se convirtió en una marca de referencia de Ribera del Duero, que desbordó con mucho el consumo en el Mesón y se reclamaba en restaurantes de todo el país. A lo largo de los años, los firmes ingresos que el vino producía se invirtieron bien, mejorando los viñedos, comprando otros nuevos de calidad, mejorando las instalaciones, que permiten que en la actualidad la bodega Pago de Carraovejas sea una de las mejor preparadas y dotadas de medios.

También diferenciaron las zonas de las fincas, y así salieron los vinos Cuesta de las Liebres, luego El Anejón, todos con el apellido de Pago de Carraovejas.

La expansión

Pedro Ruiz, al frente, decidió expandirse. En primer lugar, Ossian en la zona de Rueda en la parte de Segovia, en 2013; en 2017 puso en la bodega un restaurante de super lujo, siempre con estrella Michelín y cantidad de otras distinciones, llamado Ambivium. Un año después funda Milsetentayseis, otra firma en Ribera del Duero, concretamente en la zona de Fuentenebro, y el nombre procede de la altitud a la que están los viñedos; y al año siguiente, en 2018, se hizo con Viña Mein y Emilio Rojo, en Ribeiro.

A Rioja llega en 2020, con la bodega Aiurri, en Leza, en la zona alavesa; y culmina, de momento, con Bodega Marañones, en la Sierra de Gredos, en la D.O. Vinos de Madrid, junto a San Martín de Valdeiglesias. Una distribuidora, SV Wines de grandes vinos extranjeros, y una fundación, Cultura Líquida, completan lo que en conjunto se llama Alma Carraovejas.

La bodega desde el aire | Foto cedida por la bodega

Ossian es el protagonista de este relato y hay que reconocer que es uno de los mejores vinos blancos del país. La bodega se funda en 2005 basándose en unos viñedos centenarios de un viticultor local, Ismael Gozalo, y uno de los hombres más brillantes del mundo del vino en Ribera del Duero, de cuyo consejo regulador fue gerente, y participante en bodegas de éxito, que era Javier Zaccagnini. El uno ponía los viñedos y el otro, todo lo demás. Al vino lo llamaron Ossian; a uno muy especial Ossian Capitel; y a otro más sencillo, Quintaluna.

Viñedos de Ossian | Foto cedida por la bodega

Estaban dentro del espacio geográfico de la D.O. Rueda, pero en la zona más alta de Segovia; y la variedad de uva, la misma, la verdejo. Los viñedos de esta zona son bastante diferentes a los vallisoletanos. En estos últimos la mayoría de ellos son grandes extensiones plantadas en espaldera, con vendimias mecanizadas y grandes producciones. En la parte segoviana, la mayoría son pequeñas parcelas distribuidas por aquí y por allá, de cepas más que centenarias plantadas en vaso, muchas en zonas donde no llegó la filoxera, es decir que estaban en lo llamado “pie franco”, cepas que no abarcas con los dos brazos, y que dan producciones pequeñas y exquisitas.

Viñedos de Ossian | Foto cedida por la bodega

Sin denominación de origen

Ya desde su primer vino, Ossian llamó la atención, y decidieron no formar parte de la denominación de origen Rueda. Tras la compra de la firma por parte de Pedro Ruiz en 2013, se mantuvo la misma filosofía. En todos estos años han realizado un trabajo callado, pero contundente. Han mantenido y comprado todo el viñedo centenario que han podido comprar. Se proveen, pagando bien, de las uvas de otros viñedos de estas características, que aún no han conseguido compra; y por último se han puesto a plantar viñedos nuevos que van entrando en rendimiento y participando de los vinos. En total 110 hectáreas.

Los enólogos de Ossian: Almudena Calvo, Javier Blasco y Pedro Ruiz, el propietario, el de la derecha | Foto cedida por la bodega

En la presentación en la moderna e impoluta bodega, se cataron una veintena de los vinos Ossian y Ossian Capitel de determinadas añadas, así como el último Quintaluna 2024 que saldrá al mercado antes de navidades. Hemos seleccionado los que están en el mercado empezando por el más sencillo, este Quintaluna, que es un vino fresco, directo, franco, frutal y floral; y una boca excelente con buena acidez. Un vino que, aunque ha pasado 9 meses con sus lías, presenta una magnífica juventud. P.V.P. 15 euros.

Ossian 2023 fermentado en barrica y con 9 meses de crianza, presenta una nariz compleja dominando la fruta de hueso, un punto cítrico, salino, algo mineral, y ligera presencia, agradable, de la madera. En boca presenta potencia, es sabroso, amplio y con una buena acidez que lo hace fresco. 32 euros.

Ossian Capitel 2022, procedente de viñedos más que centenarios, de pequeña producción. Fermentado en barrica, y sobre un año en roble de diferentes volúmenes, más un año reposando en botella. Aparece elegante, profundo, aromas de melocotón, paraguaya, mineral, salino, con muchos registros en nariz. La boca es untuosa, con grasa, volumen, potente, con nervio, muy larga. P.V.P. 120 euros.

Interior de la bodega | Foto cedida por la bodega

Excelente expresión de la variedad verdejo de la zona segoviana, que Alma Carraovejas sabe aprovechar. Unos blancos grandes.           

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