«No recuerdo la primera vez que vi a Mario Vaquerizo, no fue amor a primera vista»

«No recuerdo la primera vez que vi a Mario Vaquerizo, no fue amor a primera vista»

Alaska es un icono. Olvido Gara, el pedestal que lo soporta. De ambas se ha hablado mucho durante décadas, pero no siempre se había dado en el clavo. Quizá porque retratar a una artista con tantas aristas es complejo

Por eso ahora se ha presentado en el marco de la celebración de la XVI edición del FesTVal de Vitoria-Gasteiz, Alaska Revelada, una serie documental original de Movistar Plus+ compuesta por tres episodios centrados en la salud, el dinero y el amor. Tres puntos de vista que rodean y retratan la vida y la carrera de Alaska. 


La cantante Alaska presenta este martes 'Alaska Revelada', la nueva docuserie de Movistar Plus+ en el marco del FesTVal.

¿Cómo surge la idea de Alaska revelada, por qué la necesidad de este documental ahora?Me habían llegado ofertas muchas veces, hay que decirlo. Me imagino que ahora todo el mundo tiene una gran cantidad de proyectos que les llegan, pero no había necesidad ninguna hasta que llegó Macarena Rey (CEO de Shine Iberia) con el proyecto y sabiendo que lo iban a hacer en Movistar Plus+, ni me lo pensé. Con los otros era «muchas gracias, no tengo interés porque las cosas creo que hay que hacerlas bien». Con este equipo, que además conozco a nivel personal, tengo mucha garantía.

Alaska ya había protagonizado espacios temáticos…Yo tengo un reality, tengo Lazos de sangre, tengo todo. No se trataba de hacer eso. Se trataba de hacer una cosa diferente. Y como ellos me propusieron una cosa diferente, un planteamiento mucho más íntimo que una cronología de sucesos. Este programa va dando saltos, no es cronológico. La directora, Pite Piñas, ha hecho una división entre salud, dinero y amor para dar esos saltos en el tiempo, pero ir más bien para ir a determinados temas. Me pareció muy bien y por eso dije que sí.

¿Se han contado hasta ahora bien las cosas de Alaska y de Olvido?Pues se han se han contado. Otra cosa es que sea bien, pero eso no soy yo quien para juzgarlo, porque además, si no se han contado bien ha sido por mi culpa. Yo creo que por la forma en que yo cuento las cosas, como quien va a comprar el pan, hay gente que no les da la importancia que tienen.

¿Por ejemplo?Por ejemplo, yo cuento que Mario y nos enamoramos y en una rave en Leganés y decidimos casarnos. Es verdad, es que es así, pero si solo coges eso parecen dos petardas que estaban en una rave y ya. La culpa es mía por la forma de contarlo, aunque sea verdad. Según desde donde se cuente, pues tiene un peso o tiene otro. Pero no puedes controlar cómo recibe cada persona lo que tú estás contando.

Y después de una carrera tan larga, de haber salido en revistas, reportajes, entrevistas, artículos… ¿Quedaban cosas por contar, algo en el tintero?Digamos que lo que es el suceso está contado. Da igual que sea en Interviú, que en Cáñamo.

O en Jara y Sedal(Risas) Pues fíjate, es la única que seguramente no me ha publicado. Está todo contado. Una vez me llamó mucho la atención algo que dijo una escritora famosa: «como todo el mundo sabe…». Ni tu fan más acérrimo sabe todo. Hay mucha gente que no sabe quién fue tu novio, si estudiaste Historia, qué fueron los Pegamoides… Ponerlo todo junto sí que le da un contexto. Yo tengo la sensación de que yo lo he contado todo.

¿Contado y olvidado?Es verdad que no lo había contado desde este sitio y como ahora, removiendo muchas capas de cosas que tú vas enterrando por supervivencia. De repente volver a retomar aquella relación o aquel momento del año 82 es como ¿perdona? Después de la primera entrevista con la directora, quien fue además la entrevistadora de todo el proyecto, me quedé sacudida y estuve tres días dándole vueltas, pensando ¿qué es esto? Luego ya se me pasó.

Es como un poco como cuando vas a estirar la pata, que dicen que pasa tu vida en imágenes…Sí, pero ahí no tienes a nadie tirando del hilo. Hay una cosa importante de estas entrevistas del documental, no solo de la mía, sino de las personas que han participado, que es que la directora me conoce muy bien y conoce a casi todo el entorno. Sabía de cada uno lo que se estaba guardando y eso es muy interesante.

Salud, dinero y amor, ¿en qué le ha ido mejor a Alaska en todos estos años?Hacer este proyecto ahora es como cuando hacías la portada de Interviú: hay que hacerlo cuando te va fenomenal, porque no lo haces ni por dinero, ni por proyección, ni por nada, sino porque sí. Ahora tengo salud, tengo dinero y tengo amor. Es el momento de hacerlo. No sé lo que me depara el futuro, pero ahora mismo es un buen momento como para ponerlo todo ahí y al mismo tiempo estar tranquila con todo.

¿A lo largo del tiempo te han cambiado esas prioridades?Sí. A ver, yo de adolescente, enamorada platónica, creía que el amor era lo más importante. Y yo leía Cumbres Borrascosas y pensaba en Heathcliff y yo moría. Luego vino a la etapa como de los boleros, con esas letras… Y luego vives y dices «no, mira, esto no es así». Y van cambiando tus prioridades. Y obviamente, como señora de 61 años, pues ahora le doy mucha importancia a la salud, aunque se la he dado siempre. No he sido una obsesa, pero siempre me ha gustado el mundo de lo alternativo en cuanto a cuidarse y todo eso. Pero creo que ahora entramos en la etapa de «chico, dame salud, que ya lo demás lo busco yo».

¿Hay muchos o mitos o leyendas urbanas sobre ser cantante?Hay mitos y luego la mitología de cada uno. Yo no creo tener ninguna.

¿No hay algún mito sobre Alaska o sobre Olvido que sea falso y que le hayan atribuido? ¿Por qué cree que pasa?Seguro… Ahora que sabes la opinión de más gente, porque antes la gente te la decía por la calle o no no la conocías, pero ahora por internet a cada minuto tienes las opiniones, incluso de la gente más cercana, y a veces dices «no lo han leído bien o no lo ha entendido en absoluto».

Volviendo a la parte del amor, ¿recuerda el primer momento en el que conoció a Mario Vaquerizo?Yo no lo recuerdo. Es que es muy fuerte. Tenemos una foto del primer momento, pero yo no lo recuerdo. Sé que fue en una exposición de Costus en Madrid, en una antología. Me pidió una foto en una escalera de un museo del centro. Y esa foto existe, pero yo no lo recuerdo ahí. Lo recuerdo la segunda vez, que me hizo una entrevista a la que llevó a Pablo Pérez-Mínguez de fotógrafo, para una revista de televisión. Y ya la tercera fue cuando él trabajaba en Subterfuge, en el fanzine, y ya lo conocía como el chico que trabajaba en Subterfuge. Y a partir de ahí empecé a trabajar con Fangoria y empezamos a trabajar con él. O sea, que no fue amor a primera vista.

¿Y con Nacho Canut? ¿Pensó que llegarían tan lejos?¿Cómo íbamos a pensar en eso? Yo tenía 14 años y me acerqué al puesto del rastro que tenían él y Carlos Berlanga. Carlos fue encantador y Nacho me rugió, poco más o menos. En ese momento no tienes perspectiva de futuro, lo que está muy bien. Yo creo que no hay que tenerla a esa edad.

Hay dos canciones suyas que son muy significativas, A quién le importa y Ni tú ni nadie, ¿siguen vigentes esos mensajes?Son totalmente vigentes, pero con la revisión de entender desde dónde están escritos. Esto es muy recurrente en Nacho. Él a veces ha dicho «oye, no me hagáis mucho caso». Son letras que hablan de una persona que no está dispuesta a dialogar, que no está dispuesta a escuchar al otro, que no acepta que puedas cambiarle mínimamente. Él ha explicado que no hay que llevarlo más allá, que no es tan sano. Estas letras está muy bien tomarlas como una referencia, pero no es tan sano. Yo creo que la vida es todo lo contrario. Claro que mi esencia no va a cambiar, pero igual tú me cuentas una cosa que me hace pensar y reflexionar. No hay absolutos y son letras muy absolutas.

¿Es la tele de hoy menos rupturista que la de la época de La bola de cristal?Va cambiando. Y yo esto. En un programa en el que yo era colaboradora tuve una discusión sana con Ian Gibson, antes de que llegaran las privadas, y yo le decía «va a ser maravilloso, vamos a tener de todo». Y me dijo «vas a tener lo mismo en todas». Tenía razón Ian Gibson. El reality de Alaska y Mario, por ejemplo, ya no se podría hacer tal cual hoy en día y esto sí que es algo que tenemos que reflexionar. Es verdad que tuvimos la era MTV, eso siempre estar, tenemos Movistar+. Pero esas cosas rupturistas cada día son más difíciles. ¿Por qué hay que medir la audiencia? Que cada uno haga lo que considere y ya está. ¿Tú crees que la bola de cristal hubiera aguantado una medición de audiencia? Bueno, solo había un canal. La hubiera aguantado porque no había otra cosa, más que el deporte de La 2… (risas). La televisión, con las plataformas y con internet, está en un momento completamente distinto.

En una publicación de Instagram se ha mostrado despeinada y sin maquillaje tal como solemos verla, ¿no maquillarse de Alaska es su forma de pasar desapercibida?El reality lo que me quitó es el miedo a salir sin maquillar, porque si queréis me veis ahí sin maquillar y recién levantada. Desde ese día me da más igual. Prefiero ir arreglada, porque yo me veo bien. De esto habla este primer capítulo. Hay una construcción propia que para mí es importantísima, pero no soy esclava de esa construcción. Me encantaría ser esclava de la construcción propia y levantarme a las cuatro y ponerme impecable, pero no es el caso. Además, por la calle me reconocen igual.

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