La muerte inesperada y temprana de Caritina Goyanes, dueña de un catering muy célebre, este lunes por un infarto ha sembrado de dolor el panorama social. Muchas personas amigas han trasladado su pésame a la familia, rota por esta desgracia.
Entre quienes la conocían mucho está la periodista Paloma Barrientos, que ha descrito en Vanitatis las últimas horas de la restauradora, de 46 años, que se encontraba en Marbella recuperándose de la muerte de su padre, Carlos Goyanes, 19 días antes. Goyanes falleció de madrugada en su cama de un infarto. Fue Caritina quien al ver que no se levantaba acudió al dormitorio a llamarle el pasado día 7. Y fue ella quien lo encontró ya sin vida, lo que le supuso un gran impacto, dada la estrecha unión que tenía con él.
Según Barrientos, Caritina llevaba un par de días encontrándose mal. Tenía mareos, pero no le dio importancia. Lo atribuyó al calor y al bajón emocional por la reciente muerte del padre.
Previamente a que su malestar fuera creciendo, la joven, que es muy religiosa, había acudido a Misa, donde tuvo uno de esos mareos, precisamente en la iglesia donde se ha oficiado su funeral.
También dio un paseo por la playa, donde volvió a sentir mareos, y almorzó con su familia en casa: su marido, Antonio Mato, y sus dos hijos: Pedrito y Mini-Cari (como llaman a la pequeña, de 10 años por su parecido físico con su madre).
A eso de las tres del lunes 26 de agosto, Cari se encontraba ya muy mal. Su hijo, acompañado por una persona del servicio, acudió a la piscina de la urbanización donde tiene la casa la familia Goyanes para pedir ayuda. Mientras, su marido decidía trasladarla al hospital.
Su hijo, que tiene 13 años, quiso acompañarlos, pero el padre convino que era mejor que se quedara en casa para esperar noticias, según el relato de Paloma Barrientos.
Las noticias, finalmente, fueron fatales. La joven sufrió un infarto fulminante que terminó con su vida a los 46 años en el centro médico. A partir de allí, se sucedieron los momentos dramáticos. Su madre Cari Lapique, que estaba sufriendo mucho por la muerte de su marido, había sido convencida para ir unos días a Mallorca, a casa de su hermana Míriam, a recuperarse.
Fue allí, en Formentor, donde recibió seguramente el golpe más tremendo de su vida. En cuanto pudo, muy afectada y sujetada por su hermana y otra familiar, voló a Marbella para conocer los detalles de la muerte de su hija mayor.
Caritina será enterrada este miércoles en Madrid, junto a su padre, Carlos Goyanes, tras un tanatorio multitudinario en San Pedro de Alcántara desde donde su cadáver ha sido trasladado.
