La eliminación de Hasán Nasralah, líder de Hizbulá, a manos del Ejército de Israel ha supuesto un golpe sobre el tablero geopolítico en Oriente Próximo. La noticia, confirmada por las autoridades israelíes, fue confirmada horas después por la organización radical -«Su eminencia Sayyed Hasán Nasralah, secretario general de Hizbulá, se unió a sus grandes e inmortales mártires»- y amenaza con escalar el conflicto hasta el punto de desatar una guerra total en la región.
Israel ya ha anunciado que su guerra con Hizbolá no se detendrá ahora que Nasralah ha muerto, mientras que la milicia chií ha asegurado que tiene intención de continuar su «yihad» contra el país dirigido por Benjamin Netanyahu con el fin de apoyar a Palestina. Una respuesta esperada en Tel Aviv, que ya ha tomado medidas para evitar situaciones de gravedad en caso de que haya represalias.
En concreto, Israel ha prohibido las reuniones de más de 1.000 personas en varias regiones del país. Así lo ha comunicado a la nación Daniel Hagari, portavoz de las Fuerzas Armadas Israelíes, que no descarta más restricciones en un futuro cercano debido a la escalada de las hostilidades entre la milicia libanesa y el ejército israelí.
Irán también ha elevado el tono tras la eliminación de Nasralah. El líder supremo del país, el ayatolá Alí Jamenei, ha llamado a la unión del mundo musulmán para atacar Israel y defender a Hizbolá. Lo ha hecho minutos antes de trasladarse a un búnker para preservar su seguridad.
“Ofrezco mi más sentido pésame y condolencias a toda la umma islámica (comunidad musulmana) por la muerte de Nasralah y sus compañeros, y declaro cinco días de duelo nacional en el Irán islámico”, anunció Jameneí en el comunicado. “Los ataques del frente de resistencia al desgastado y decadente cuerpo del régimen sionista (Israel) serán más impactantes”, advirtió la máxima autoridad iraní e indicó que la “naturaleza malvada del régimen sionista no ha ganado en esta acción”.
Este ataque no acabará con Hizbolá
La milicia chií no morirá junto a Nasralah. La organización, fundada hace más de cuarenta años, está lo suficientemente arraigada en Líbano como para sobrevivir pese a que el golpe de Israel ha hecho mucho daño. Al fin y al cabo, en Líbano no es observada como una milicia radicalizada, sino una fuerza armada con un brazo político muy fuerte que busca acabar con Israel. Y además, cuenta con el respaldo de numerosos habitantes del país.
En el ataque, Israel ha bombardeado 140 objetivos terroristas y otros puntos clave en los que «se almacenaban armas», según el propio ejército israelí. Aunque la noticia del día sea la eliminación de Nasralah, no es el único alto cargo de Hizbulá que ha sido eliminado: Ali Karki, comandante del Frente Sur del grupo chií, que se encontraban en el cuartel general subterráneo de la organización, en los suburbios sur en Beirut conocidos como el Dahye, cuando fue bombardeado.
En concreto, según fuentes del New York Times, la aviación israelí lanzó más de 80 bombas sobre el lugar donde estaba Hasán Nasralah. Los proyectiles cayeron en un corto periodo de pocos minutos con el objetivo de asegurarse de que Nasralah no sobrevivía, según fuentes de la Defensa israelí.
El diario neoyorquino ha destacado además que las autoridades israelíes sabían desde hace meses la localización de Nasralah y que finalmente decidieron lanzar el ataque la semana pasada porque temían un cambio de ubicación inminentemente, según tres fuentes israelíes citadas por el ‘NYT’ bajo condición de anonimato.