Libido y ruptura de una relación de pareja no tienen por qué ir de la mano ni para bien… ni para mal. Enfrentarse a una ruptura sentimental es una situación familiar o personal que le pasa a muchas personas. Quien más y quién menos ha protagonizado alguna o ha vivido la de algún familiar o conocido de cerca. La separación de una pareja suele traer como consecuencia atravesar por las fases del duelo propias de una situación traumática y desagradable. Este periodo se suele asociar a una etapa de liberación cuando la relación se termina, pero no siempre es así.
Es más, hay personas que cuando viven una ruptura sentimental, luego tardan un tiempo en querer volver a tener relaciones sexuales con otra persona. La fase del duelo en una ruptura no es igual para todos, ni dura lo mismo en todas las personas ni se afronta con los mismos métodos o sentimientos.
Entonces, ¿por qué se asocia normalmente una separación a una época de liberación de la mujer? “Tradicionalmente, las mujeres han estado mucho más atadas a la relación de pareja: no tenían independencia económica, socialmente se consideraba que a una mujer no casada se le podía ‘pasar el arroz’… El destino social de la mujer ha sido la pareja y la reproducción, mientras que el del hombre era el trabajo y la producción económica”, nos dice Cecilia Bizzotto, socióloga y portavoz de JOYclub España.
“La monogamia, entendida como sistema social, ha sido el espacio de represión femenina por excelencia. Por ello, probablemente en la actualidad pensemos en ese sentido de liberación femenina cuando nos separamos. No obstante, habría que destacar que esto no necesariamente está asociado al género y que, tras una relación difícil donde hay muchos problemas de pareja, a menudo cuando se rompe la relación se suele sentir esta libertad independientemente de si se es hombre o mujer”, añade la experta.
¿Existe presión social por encontrar otra pareja cuanto antes cuando la anterior se ha roto? “Probablemente ahora existe menos presión social que nunca, aunque puede haberla. Las mujeres que llegan a los 30 suelen recibir a menudo las fastidiosas preguntas del tipo: “¿Los hijos para cuando?”, “¿No tienes novio todavía?”. Sin embargo, cada vez está más normalizado la soltería elegida u otras alternativas relacionales, incluidas las no-monogamias. Esto no impide, no obstante, que sean las propias mujeres las que se presionan a sí mismas para encontrar pareja cuanto antes o sientan la urgencia de no estar solas por esa educación diferencial recibida que nos educa a sentirnos frágiles, dependientes y necesitadas de una relación romántica”, explica Bizzotto.
Tras una separación, la libido puede pasar por un momento de bajón.Pixabay
Libido baja tras una separación
El deseo sexual puede fluctuar en muchos momentos de la vida, el deseo no es estable y cada persona canaliza la tristeza, el duelo o el enfado de maneras distintas. En general, cualquier situación de estrés (la pérdida de un trabajo, problemas familiares…) suelen provocar apatía sexual en todas las personas.
“En el caso de una separación, a menudo a esto se le suma que asociamos la erótica a la pareja y no cultivamos tanto el auto placer cuando estamos en una relación, por lo que a veces es difícil reconciliarse con el auto placer tras una ruptura. Por ello, es recomendable no dejar de cuidar los espacios de intimidad aún estando en pareja. Pero, sobre todo, no hay que presionarse: perder el deseo durante momentos determinados de la vida es lo más normal del mundo y no pasa nada, debemos aceptar esa fase”, recomienda la experta.
Recupera la libido
Le preguntamos a Bizzotto cómo se puede recuperar la libido y nos da estos cinco consejos:
Sé autocompasiva: es normal no tener deseo sexual, no pasa nada. No te compares con otrxs, tus experiencias en las relaciones sexuales no tienen por qué ser como las de las demás. No es un estado permanente, no va a ser así para siempre. Y si te preocupa realmente, no dudes en contactar con una sexóloga.
Proponte una cita romántica a ti misma: busca momentos a solas para hacer esas cosas que te dan placer (dar un paseo, ir al cine, hacer un picnic, leer un libro al sol…). Disfrútate, relájate y siéntete libre. Goza de la soledad.
Genera espacios íntimos y sensuales contigo misma: Dedícate tiempo de calidad para disfrutar de tu cuerpo y sentirte sexy.
No debemos asociar el placer erótico sólo a la masturbación y los genitales. “El placer puedes encontrarlo en el mover las caderas (que, por cierto, es buenísimo para fomentar la lubricación), en acariciar tu piel, pellizcar los pezones, lamerte los dedos. Mírate al espejo y sedúcete como si miraras a otrx, di palabras bonitas…”, dice.
Busca estímulos que te exciten. ¿Te gusta la literatura o el cine? ¿Un buen perfume? ¿La música sexy? Reconoce qué situaciones te excitan.
BONUS: Valídate cuando te mires al espejo. Si tienes baja autoestima, reflexiona sobre la cantidad de mensajes que le mandas a tu cuerpo cuando te miras y evita esas frases nocivas que te sueles decir. Toma conciencia de cuando te juzgas y cambia los “qué grano más feo me ha salido hoy” por “cómo me brilla hoy la piel”. Céntrate en lo positivo, reeduca tu mente para que sea tu aliada. Una buena autoestima corporal es clave para el deseo.
Si tras una ruptura, la libido está baja, puedes consultar a un profesional.Pixabay
¿Qué consejos dar para atravesar por un periodo de baja libido? “Debemos entender que el deseo se cultiva, se trabaja. Muchas personas no desean de forma espontánea (es decir, no ven un estímulo y se excitan al momento) sino de forma reactiva. El deseo a menudo aparece cuando nos recreamos en el placer, cuando nos acariciamos o cuando nos damos tiempo de calidad y disfrute. Por eso, lo mejor es buscar situaciones placenteras que poco a poco incrementen nuestra conexión con el cuerpo y nuestro deseo sexual. Pero, sobre todo, recordemos la autocompasión, el no presionarnos y el normalizar las subidas y bajadas de la libido. No eres una máquina, no tienes que demostrar nada a nadie”, nos explica Bizzotto.
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