La Motion Picture Association (MPA) ya ha valorado para que audiencias es apropiado el contenido de Gladiator II, y confirma que el antiguo coliseo romano será un baño de sangre. No era para menos, y más teniendo en cuenta el antecedente del oscarizado filme original del año 2000. Concretamente, la calificación por edades que le ha puesto es la de «R», es decir, menores de 17 años acompañados por un adulto, a causa de su fuerte contenido de «violencia sangrienta».
De nuevo dirigida por Ridley Scott, en plena forma a sus 86 años, esta segunda entrega es una de las películas más esperadas del año teniendo en cuenta que la primera, protagonizada por Russell Crowe, aún goza hoy en día de una enorme popularidad, y esta calificación por edades tampoco debería afectar especialmente a la taquilla. Basta con recordar que Deadpool y Lobezno también recibió la misma calificación, por su «fuerte violencia, lenguaje, sangre y referencias sexuales», lo que no le ha impedido ser un taquillazo que lleva acumulados 1.213,7 millones de dólares en todo el mundo, y la misma Gladiator de hace más de dos décadas obtuvo también la calificación «R».
Con un reparto espectacular que incluye a Pedro Pascal, Denzel Washington, Joseph Quinn y Connie Nielsen, será el personaje de Paul Mescal quien tome el relevo del rol protagónico del Máximo Décimo de Crowe encarnando a Lucio Vero, solo un niño en la primera película e interpretado por Spencer Treat Clark. Era el sobrino del villano emperador Cómodo (Joaquin Phoenix), hijo de Lucilla (Connie Nielsen) y gran admirador desde su infancia de las habilidades de Máximo en la arena.
Gladiator II se estrena en los cines españoles el 15 de noviembre distribuida por Paramount Pictures, y lo cierto es que pese al renombre del director y del enorme prestigio que arrastra la primera, el cineasta británico necesita que los espectadores acudan en masa a los cines, pues sus más recientes superproducciones de época, como Napoleón con Joaquin Phoenix, con un presupuesto de entre 130 y 200 millones de dólares, o la muy reivindicable El último duelo, que costó 100, pincharon en taquilla. El péplum puede ser su tabla de salvación, y quién sabe si hasta el Oscar a la mejor dirección que ya hace tiempo que se merece.
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