Edmundo González Urrutia se ha convertido en el último líder político venezolano en tener que marcharse al exilio. El exembajador del país, tras convertirse en el líder de la oposición y ganar las elecciones del pasado 28 de julio, ha tenido que huir de su nación como ya hicieran otros candidatos a suceder a Nicolás Maduro como Juan Guaidó.
Con 75 años, González Urrutia está casado con Mercedes López, odontóloga de profesión. Con ella tuvo dos hijas, una de ellas residente en Madrid desde hace años. En su perfil de redes sociales se puede observar que es un hombre familiar, ya que se define a sí mismo como «esposo, padre y abuelo». De hecho, entre sus ambiciones como candidato, se encuentra construir «un país donde la familia se reúna y nuestros hijos encuentren oportunidades».
El candidato electo es, en estos momentos, el líder de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y se convirtió, tras suceder a María Corina Machado como candidata presidencial en la gran esperanza del país para derrocar a Nicolás Maduro tras más de veinte años de régimen chavista. Su victoria, según las actas recopiladas tras los comicios, fue clara. De ahí que el Gobierno actual se niegue a mostrar las actas electorales para después iniciar una persecución judicial sobre González Urrutia, que ya se encuentra en Madrid, donde se reunirá con una de sus hijas.
Durante su carrera política, siempre vinculada al mundo de la diplomacia -fue embajador en Argelia o Argentina-, se caracterizó por su oposición al régimen chavista. Antes de la formación de PUD, González fue presidente de la junta directiva de la Mesa de la Unidad Democrática. Esta alianza unía a los partidos más importantes contrarios al presidente Nicolás Maduro. También fue miembro del consejo editorial internacional de El Nacional, diario dirigido desde Madrid tras el exilio de su director, Miguel Henrique Otero, en 2015.
Se colocó en primera línea de la política en Venezuela el pasado 26 de enero, cuando el Tribunal Supremo de Venezuela inhabilitó a María Corina Machado como candidata política para las elecciones durante 15 años. Machado lideraba entonces PUD, pero dejó su puesto a Edmundo González después de que ni ella ni Corina Yoris —quien iba a sustituir a María Corina Machado inicialmente— pudieran registrarse como candidatas a la presidencia de Venezuela. Fue entonces cuando se convirtió en el principal favorito para derrocar al régimen chavista.
Persecución política
El pasado 28 de julio se celebraron las elecciones presidenciales donde Nicolás Maduro se proclamó presidente electo. La oposición afirmó que el recuento y la publicación de los votos había supuesto un proceso sin transparencia alguna y denunció a Maduro de fraude electoral. Desde entonces, Venezuela ha sufrido algunos disturbios y vivido jornadas de manifestaciones, algunas de ellas con la presencia de María Corina Machado. La oposición también ha denunciado la detención de miembros de su partido político.
Esta semana, el 2 de septiembre, la Justicia de Venezuela pidió la detención de Edmundo González. Un tribunal dedicado a los delitos de terrorismo emitió esta orden por los presuntos delitos de «usurpación de funciones», «forjamiento de documento público», «instigación a la desobediencia de leyes», «conspiración», «sabotaje a daños de sistemas y asociación (para delinquir)». El Ministerio de Exteriores de España, en un comunicado, ha explicado que «El Gobierno de España ha dispuesto los medios diplomáticos y materiales necesarios para su traslado, realizado a solicitud» de Edmundo González.
Carrera política
Edmundo González nació en la ciudad venezolana de La Victoria, el 29 de agosto de 1949 (75 años). Se graduó en estudios internacionalistas en la Universidad Central de Venezuela. Más tarde, completó su formación en la Universidad Americana de Washington D. C., donde realizó un máster en Relaciones Internacionales. González llegó a trabajar en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Venezuela durante su juventud.
Durante sus primeros años de carrera política, Edmundo González fue embajador de Venezuela en Estados Unidos a finales de la década de los años setenta. También lo fue en El Salvador y Bélgica, además de las citadas Argelia y Argentina —de 1998 a 2002—. Esta última labor la realizó durante los primeros años de mandato de Hugo Chávez, aunque fue el presidente Rafael Caldera quien le nombró embajador argentino.
Antes de eso, también participó en el Comité de Coordinación y Planificación Estratégica del Ministerio de Relaciones Exteriores como director, entre 1990 y 1991. Entre sus cargos más importantes también destaca su paso por el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde fue director general de Política Internacional.