De Italia a México en un solo bocado: un viaje gastronómico sin salir de Madrid y con guiño a la cocina familiar

De Italia a México en un solo bocado: un viaje gastronómico sin salir de Madrid y con guiño a la cocina familiar

En pleno corazón de Madrid, en la zona de Pintor Rosales, se esconde un rincón gastronómico que no solo alimenta el cuerpo, sino que también nutre el alma. Bravissimo es mucho más que un restaurante, es una experiencia sensorial que transporta a los comensales a través de diferentes países y culturas. Cada rincón de este espacio está cuidadosamente diseñado para invitar a los clientes a un viaje único, en el que la gastronomía, el arte y la decoración se fusionan de manera sorprendente.

Cuando cruzas la puerta de Bravissimo, te sumerges en un mundo donde el viaje no solo es figurativo, sino también literal. La carta del restaurante está inspirada en los sabores del mundo, por ello lo de Osteria, pero lo que realmente hace especial a este espacio es su capacidad para transportar a los comensales a otros países sin salir de Madrid. Cada zona del restaurante está dedicada a una región del mundo, y su decoración, desde las sillas pintadas hasta los murales, está diseñada para hacerte sentir como si estuvieras en el lugar que representa.

Si te diriges a la zona de Asia, las texturas y colores del espacio te envuelven en una atmósfera que recuerda los mercados de Bangkok o los tranquilos templos de Japón. Además, han logrado fusionar la gastronomía con el arte, que se refleja en los murales y sillas con imágenes de Lola Flores y Frida Kahlo.

El corazón del proyecto: Lapo y su historia familiar

La magia de Bravissimo tiene mucho que ver con su creador, Lapo, un hombre nacido en Italia cuya vida estuvo marcada por la cocina desde su infancia. Creció rodeado de mujeres que eran expertas en los fogones, en el pequeño restaurante que su tía regentaba, y fue allí donde comenzó a forjarse su pasión por la gastronomía. En ese ambiente familiar, donde la cocina era el centro de todo, Lapo observaba cómo los sabores italianos se fusionaban con las influencias de otros países. Esta mezcla de culturas fue, sin saberlo, la semilla de lo que más tarde se convertiría en Bravissimo.

El restaurante es un homenaje a esas experiencias de su infancia. A través de los sabores de su carta, Lapo rinde tributo al legado culinario de las mujeres de su familia y a la influencia de los viajes que marcaron su vida. Pero Bravissimo no se queda solo en la gastronomía italiana. Aunque la base de su cocina es claramente italiana, el restaurante se aventura a explorar otros rincones del mundo, creando combinaciones que sorprenden y enamoran a los comensales.

La carta: sabores que viajan por el mundo

Lo que realmente distingue a Bravissimo es su capacidad para llevar la cocina tradicional italiana a un nivel completamente nuevo. Aquí no solo se sirven platos clásicos, sino que estos se reinventan y se fusionan con sabores de todo el mundo. Un ejemplo perfecto de esta mezcla es su receta de croquetas, que, en lugar de ser la versión tradicional española, incorpora un toque de curry masala, un sabor que nos transporta directamente a la India. Los callos, por su parte, son reinterpretados con níscalos y una base napolitana, desafiando la tradición madrileña para ofrecer algo fresco y sorprendente.

Pero la fusión no se detiene ahí. Cada día, el restaurante ofrece un menú especial por 20 euros, que es una representación fiel de la creatividad y la diversidad que caracteriza a su propuesta gastronómica. Además, cuentan con menús para grupos de hasta 40 euros por persona, lo que convierte a Bravissimo en una opción perfecta tanto para una cena íntima como para celebraciones especiales con amigos o familiares.

Aunque la propuesta de Bravissimo pueda parecer exclusiva, su creador, Lapo, ha querido mantener un equilibrio entre la sofisticación y la accesibilidad. A pesar de su apariencia de lujo, el restaurante no está destinado solo a un público selecto, sino que busca ser un espacio al alcance de todos. La idea es que los comensales disfruten de una experiencia de alta calidad sin que el precio sea un obstáculo.

Con menús diarios a precios razonables, Bravissimo logra democratizar la gastronomía de autor sin perder su esencia ni su calidad. Esto es algo que distingue al restaurante, que no solo se conforma con ofrecer platos innovadores, sino que también se preocupa por crear un ambiente acogedor y accesible para todo tipo de público.

El arte, una parte fundamental de la experiencia

Otro de los grandes atractivos de Bravissimo es su vínculo con el arte. Lapo, además de ser un apasionado de la gastronomía, es un amante del arte en todas sus formas. Por eso, el restaurante está decorado con obras de renombrados artistas como Andrés Mejías, Manu González y Arilio Infante, que convierten el espacio en una galería de arte contemporáneo. Las paredes del restaurante están llenas de murales y pinturas que no solo decoran, sino que cuentan historias. La imagen de Frida Kahlo, por ejemplo, no solo está presente en la zona latina, sino que también se convierte en un símbolo de la fusión cultural que Bravissimo representa.

El objetivo de Lapo con la decoración es claro: quería que Bravissimo fuera un lugar donde los comensales no solo vinieran a comer, sino a vivir una experiencia completa. Al sentarse en una de sus mesas, uno no solo disfruta de una comida deliciosa, sino que también se siente parte de una historia, de una aventura que va mucho más allá de lo que se sirve en el plato.

Lo que realmente hace único a Bravissimo es que cada uno de sus elementos está impregnado de una historia. Desde la concepción del restaurante hasta la elección de cada plato y cada detalle de la decoración, todo está pensado para contar una narrativa que cautiva a los comensales. Y eso es lo que hace que Bravissimo no sea solo un restaurante, sino un viaje: un viaje a través de los sabores, las culturas, el arte y las experiencias personales de Lapo.

 

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