de casarse con su tía a rozar la presidencia del Gobierno

de casarse con su tía a rozar la presidencia del Gobierno

El ‘boom latinoamericano’ cuelga hoy su cartel de ‘cerrado por derribo’ con la muerte del último gran exponente de la mejor generación de escritores de la historia. Mario Vargas Llosa se marcha, pero su ‘Conversación en la Catedral’ o ‘La ciudad y los perros’ serán testigos imborrables de su paso por el mundo y de su contribución  a la literatura contemporánea. «Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores alrededor del mundo, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás una obra que le sobrevivirá», escriben sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana Vargas Llosa.

Más allá del gigante de la literatura, Vargas Llosa fue periodista, humanista, un comprometido pensador que reflexionó sobre la política, la cultura, el arte y la sociedad y un firme crítico del autoritarismo. Además, Mario fue ciudadano del mundo: vivió en París, Londres, Barcelona y Madrid. Recordamos este 14 de abril de 2025 algunas de las caras más desconocidas del escritor.

La respuesta de su tía (y esposa) Julia a su famosa novela

A los 19 años, Vargas Llosa contrajo matrimonio con Julia Urquidi, su tía política, diez años mayor que él. Pese al escándalo que supuso en su familia, ambos se casaron en 1955 y se mudaron a Bolivia y después a París, donde Vargas Llosa comenzó su carrera literaria. Estuvieron casados durante casi una década, hasta que se separaron en 1964.


Su relación con Julia inspiró una de sus novelas más divertidas: ‘La tía Julia y el escribidor’ en la que un joven aprendiz de escritor que trabaja en una radio se enamora de su tía política, Julia, una mujer mayor, divorciada y sofisticada. Pese conquistar a sus lectores, esta mezcla de autobiografía con ficción no entusiasmo a Julia Urquidi que, como respuesta, publicó ‘Lo que Varguitas no dijo’ en 1983, en la queda su versión de los hechos y reivindica su papel en la vida del autor.

El puñetazo a su amigo Gabriel García Márquez

La relación entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez fue tan intensa como literaria, marcada por una profunda amistad, una colaboración intelectual durante el Boom Latinoamericano y una ruptura abrupta y legendaria. Ambos se conocieron en los años 60 en Europa. Por aquel entonces, los dos eran defensores de la izquierda política y compartían pasión por la literatura. De hecho, Vargas Llosa escribió una tesis doctoral sobre la obra de García Márquez.

Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, en sendas imágenes de archivo.
Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, en sendas imágenes de archivo.
ARCHIVO

La razón de su ruptura es todavía hoy un misterio, y aunque existen muchas versiones, nunca se ha confirmado la causa exacta. Lo que es seguro es que su relación acababa cuando el 12 de febrero de 1976, en el cine México de la Ciudad de México, Vargas Llosa le dio un puñetazo a Márquez dejándolo con el ojo morado. Se dice que el escritor bromeó con amigos diciendo: «Este es el primer golpe que me da un premio Nobel». 

Su incursión en el cine como director y actor

En 1975, Mario Vargas Llosa debutó en el cine adaptando su novela ‘Pantaleón y las visitadoras’ (1973), una sátira aguda sobre el ejército peruano y la hipocresía moral. Lo hizo como guionista y co-director junto al cineasta José María Gutiérrez. Además también actuó en un papel secundario, interpretando a un oficial del ejército peruano.

Mario Vargas Llosa y José Sacristán
Mario Vargas Llosa y José Sacristán
Pantaleón y las visitadoras

El protagonista de su obra fue José Sacristán que interpretó al capitán Pantaleón Pantoja. Décadas después, en 2014, la colaboración entre ambos se renovó en el teatro con la obra El loco de los balcones, escrita por Vargas Llosa e interpretada por Sacristán. 

Quiso ser presidente del Gobierno

De su breve experiencia en el mundo de la política, Mario Vargas Llosa hablaba en ‘El Pez en el agua’ (1993) que narra con detalle, ironía y autocrítica su aventura como candidato a la presidencia de Perú. Ocurría en 1990 impulsado por su preocupación por la crisis económica, la inflación galopante y el terrorismo de Sendero Luminoso y la corrupción del gobierno de Alan García. «No soy político, pero no puedo quedarme callado mientras el país se desmorona», decía. 


Vargas Llosa posa recostado en un diván, en una instantánea tomada en su casa de Londres en 1986.

Cuatro hijos, ocho nietos

Mario Vargas Llosa tiene tres hijos, fruto de su matrimonio con Patricia Llosa, su prima hermana, con quien estuvo casado durante casi 50 años. Son Álvaro Vargas Llosa, periodista y analista político, Gonzalo Vargas Llosa, que se ha dedicado a la cooperación internacional y ha trabajado en ACNUR y Morgana Vargas Llosa, fotógrafa. 


El escritor Mario Vargas Llosa y su pareja, Isabel Preysler, asisten a la inauguración de la temporada en el Teatro Real.

Aunque su relación con ellos se tambaleó cuando se separó de Patricia y comenzó con Isabel Presley, tras su separación con la española los vínculos familiares se reactivaron con fuerza. Ahora, además, disfruta de sus ocho nietos.

Fue hincha del club de fútbol 

Aunque el corazón de Vargas Llosa palpitaba en tinta, el escritor tuvo otra pasión desconocida: el fútbol. Mario era hincha del club de fútbol Universitario de Deportes de Perú, uno de los clubes más importantes y populares del país. Fue en 1946, cuando tenía 10 años, cuando asistió a un partido por primera vez con su padre.

Mario Vargas Llosa portando una gorra del Universitario de Deportes, equipo del cual fue hincha (2024).
Mario Vargas Llosa portando una gorra del Universitario de Deportes, equipo del cual fue hincha (2024).
Wikimedia Commons

Esta pasión influyó también en su obra como ‘En La ciudad y los perros’, en la que algunos de los personajes tienen una relación simbólica con el deporte, reflejando, entre otras cosas, la competencia y el honor que se asocia con el fútbol o en ‘El pez en el agua’, donde reconoce el fútbol como una de las primeras pasiones de su vida, algo que lo acompañó en su niñez y adolescencia.

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