crecen los casos de mascotas intoxicadas por cocaína

crecen los casos de mascotas intoxicadas por cocaína

A pesar de que la información sobre los efectos devastadores del consumo de drogas nunca ha sido tan accesible, los datos muestran que el consumo no solo no disminuye, sino que aumenta. Según el último informe mundial de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el fuerte crecimiento de la oferta de estupefacientes en los últimos años postCOVID-19 ha ido acompañado de un incremento paralelo en la demanda a nivel global.

Pero las consecuencias de su consumo no se limita a las personas, tal como refleja un estudio publicado en JAMA Network Open, donde se confirma un aumento significativo en los casos de exposición de los animales domésticos, especialmente perros y gatos, a drogas estimulantes como la cocaína. 


La investigación fue llevada a cabo por Orrin Ware, especialista en salud pública de la Universidad de Carolina del Norte, y Renee Schmid, toxicóloga veterinaria, quienes analizaron más de 500 llamadas recibidas de titulares indicando que sus mascotas estaban intoxicadas entre los años 2019 y 2023. Durante ese periodo, se reportó un alarmante crecimiento en los casos relacionados con cocaína: un 52% en gatos y un 39% en perros. Los animales, altamente sensibles a estos compuestos, pueden sufrir intoxicaciones graves incluso con dosis mínimas, lo que convierte cada caso en una emergencia veterinaria.

El hogar, un espacio de riesgo

El estudio se basó en registros telefónicos procedentes de Pet Poison Helpline, una línea internacional especializada en intoxicaciones animales, y analizó datos relacionados con el peso, la edad, la ubicación y los síntomas observados en los animales afectados. Aunque los investigadores no pudieron determinar exactamente cómo se produjo la exposición en cada caso, el patrón general apunta a un mismo escenario: el entorno doméstico como foco de riesgo.

Tanto perros como gatos tienden a explorar su entorno con el olfato y la boca, lo que los convierte en potenciales víctimas de las sustancias dejadas a su alcance. La exposición puede producirse de forma directa, por ingestión o inhalación de los restos de droga, o indirectamente, a través de residuos en la ropa, los muebles o el suelo.

El periodo analizado en el estudio, que incluye los años de la pandemia, podría haber influido también en el repunte de casos. El confinamiento forzó a muchas personas a pasar más tiempo en casa, y lo mismo ocurrió con sus animales de compañía. En este contexto, las oportunidades de contacto accidental aumentaron notablemente, especialmente en hogares donde se consumen drogas ilegales.


Campaña de prevención contra el consumo de cocaína.

Síntomas y consecuencias clínicas

El consumo accidental de estimulantes como la cocaína o la metanfetamina puede provocar reacciones severas en la salud de los animales. Según los autores del estudio, estos compuestos tienen efectos estimulantes y simpaticomiméticos (aumento de la presión sanguínea) a los que perros y gatos son especialmente sensibles. Las consecuencias físicas suelen incluir vómitos, taquicardia, temblores, hipertermia (aumento de la temperatura corporal), convulsiones e incluso hemorragias internas. En los casos más graves, la intoxicación por drogas puede derivar en la muerte, incluso cuando se aplican cuidados intensivos veterinarios.

Si bien la cocaína fue la sustancia con mayor incremento en las consultas, también se analizaron los casos relacionados con la metanfetamina. En este caso, no se observó un aumento estadísticamente significativo, aunque la toxicidad sigue siendo alta y preocupante.

Más responsabilidad

Los investigadores insisten en la importancia de adoptar medidas preventivas y de concienciación a la ciudadanía. Más allá de los aspectos legales o éticos del autoconsumo humano, los animales no pueden protegerse por sí mismos y dependen por completo del entorno que les proporciona su cuidador, quien es responsable de dejar sin control la presencia de drogas.

“Este estudio es fundamental porque visibiliza las consecuencias del almacenamiento irresponsable de drogas ilícitas en el entorno doméstico”, escriben los autores. Además, también recuerdan que los perros y gatos ocupan roles como miembros de la familia, brindando compañía y apoyo emocional.

Referencia: 


Un perro y un gato en actitud amistosa.

Fuente