Argelia ha dado esta semana un nuevo paso hacia la vuelta a la normalidad en la relación con España tras la crisis ocasionada en marzo de 2022 por el giro del Gobierno respecto al Sáhara. La reanudación de los intercambios comerciales, uno de los peajes más duros en estos más de dos años, es un escalón más en el acercamiento, a falta de que se retome el Tratado de Amistad, suspendido por Argel en junio de ese año.
Ni el Gobierno argelino ni el español han querido pronunciarse públicamente después de que el Banco de Argelia notificara este miércoles a todos las entidades bancarias que «las operaciones de domiciliación bancaria de comercio exterior desde y hacia España deben tratarse conforme a la reglamentación de los cambios en vigor», lo que en la práctica suponía una vuelta a la normalidad.
Con ello, se revocaba la congelación dictada en 9 de junio de 2022 por la Asociación Profesional de Bancos y Entidades Financieras (Abef) de las domiciliaciones bancarias para operaciones de comercio exterior de productos desde y hacia España, y que ha provocado un fuerte retroceso del comercio entre los dos países, en particular de las exportaciones hacia el país magrebí, que en 2023 se quedaron en un mínimo de 332 millones.
«Argelia se ha dado cuenta de que no le rinde proseguir en su postura y que ya ha mandado el mensaje de enfado que quería hacer llegar a España», valora Eduard Soler, profesor de Relaciones Internacionales en la UAB, en declaraciones a Europa Press.
En su opinión, hay que enmarcar este paso en el «proceso de desescalada gradual» que ha venido produciéndose en los últimos meses y en el que, según él, ha jugado a favor de España la postura del Gobierno respecto al conflicto en Gaza y el reconocimiento de Palestina como Estado.
Además considera que para Argelia «ahora se hace más interesante la reconciliación» con España habida cuenta del distanciamiento que se ha producido con Francia, después de que su presidente, Emmanuel Macron, brindara su apoyo inquebrantable al plan de autonomía marroquí para el Sáhara el pasado julio y refrendara su respaldo a la «soberanía marroquí» sobre la antigua colonia española durante su visita a Marruecos de la semana pasada. Como ocurrió con España, Argelia ha procedido a retirar su embajador de París.
Argelia no necesita varios frentes abiertos
«Argelia no necesita muchos frentes abiertos», coincide Laurence Thieux, profesora de Relaciones Internacionales de la UCM, que enmarca igualmente el paso en la continuidad de las acciones emprendidas a raíz del regreso del embajador y que ha querido envolver «para justificarlo» con el argumento de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, «ha moderado su discurso respecto al Sáhara».
En declaraciones a Europa Press, también considera que han pesado «intereses comerciales» puesto que las exportaciones españolas son claves en algunos sectores para el país magrebí y esto tiene un impacto tanto en el consumo interno como en la inflación.
Lo cierto es que la reanudación de los intercambios comerciales es la culminación de un proceso que arrancó a principios de año. Entonces, se autorizó en primer lugar las importaciones de productos avícolas y posteriormente las de carnes rojas procedentes de España.
Como resultado de ello, hasta agosto las exportaciones españolas habían experimentado un ligero ascenso, situándose en 471 millones, según datos de la Secretaría de Estado de Comercio consultados por Europa Press. De esta cantidad, 111,8 millones son de productos cárnicos; 217,5 millones son de bienes de equipo y 86 millones corresponden al sector del automóvil.
En declaraciones al diario ‘L’Algérie Aujourd’hui’, el presidente del Círculo de Comercio e Industria Argelino-Español (CCIAE), Djamel Eddine Bouabdallá, destacaba esta semana que ahora se trata del «desbloqueo total», vaticinando «perspectivas muy interesantes» en el plano económico dada la «dinámica positiva de la economía argelina», que además acaba de ser nombrada país socio de los BRICS.
La relación política, aún estancada
Pero aún queda camino por recorrer hacia la vuelta a la normalidad en el plano político. En diciembre pasado, llegó a Madrid el nuevo embajador argelino, Abdelfetá Daghmun, en una clara señal de la voluntad de Argelia de dejar atrás el distanciamiento con España y en febrero iba a producirse una visita a Argel del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, pero fue aplazada en el último momento.
Desde Exteriores se alegaron «motivos de agenda argelina», pero desde Argel se hizo saber que lo que subyacía era la negativa de Albares a hablar de la cuestión del Sáhara durante su visita y a que esta se mencionara de alguna forma en la declaración conjunta con la que se quería sellar la reconciliación.
Aunque inicialmente desde el Ministerio se hizo hincapié en que la visita se aplazaba y no se cancelaba, lo cierto es que en los nueve meses transcurridos no se ha vuelto a hablar de ella y no parece que por el momento vaya a producirse de forma inminente.
Tratado de amistad suspendido
En todo caso, antes de que esto ocurra, cabe esperar que primero Argelia dé el paso de retomar el Tratado de Amistad, que el presidente Abdelmayid Tebune, ordenó suspender en junio de 2022, tras constatar que el Gobierno español no iba a dar marcha atrás en su respaldo al plan de autonomía marroquí para el Sáhara, que rechaza de plano el Frente Polisario, y por añadidura también Argel.
Dicho Tratado, suscrito en 2002 entre los entonces presidentes José María Aznar y Abdelaziz Buteflika, estipula la celebración de cumbres bilaterales -la llamada Reunión de Alto Nivel- todos los años, si bien no se ha producido ninguna desde 2018 con Mariano Rajoy aún en la Moncloa.
Sánchez viajó a Argel en octubre de 2020, en plena pandemia, para reunirse con Tebune y ambos acordaron que la siguiente RAN se celebraría durante el año 2021, pero finalmente no se concretó. En septiembre de 2021 Albares se desplazó a Argel para reunirse con su entonces homólogo argelino y ser recibido por el presidente del país.
Tras él, en octubre fue la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, quien viajó a la capital argelina para confirmar que Argelia mantendría el suministro de gas tras la decisión de Argel de cerrar el gaseoducto Magreb-Europa tras romper relaciones diplomáticas con Marruecos en agosto de ese año.
Entonces, y más tarde cuando se procedió a retirar al embajador de Madrid en marzo de 2022, Argelia dio garantías de que el grifo del gas no se cerraría y lo ha mantenido, convirtiéndose en el primer suministrador de España, algo que el Gobierno español se ha encargado de poner en valor.
Está por ver ahora si a la plena reanudación de la relación comercial le siguen pasos en el plano político que lleven a España y Argelia a dejar atrás la crisis diplomática, para lo que el fin de la suspensión del Tratado de Amistad podría ser un buen síntoma.